La jornada vivida en el recorrido de El Saler destacó por el juego y el ambiente. Rodeado por pinos, dunas y con vistas al mar, este enclave ofreció a los jugadores una experiencia única y diferente al resto de pruebas.
El juego se desarrolló a un ritmo fluido y con grandes resultados, en un entorno donde el viento costero no impidió la precisión. La carpa de avituallamiento, fue el lugar perfecto para hacer una pausa con una cerveza Mahou bien fría.
La jornada concluyó con la carpa Chill Out, música suave y una atmósfera que nos recordó por qué el Circuito es experiencia.
Gracias a todo el equipo por su atención, a los patrocinadores por hacerlo posible y a los jugadores por una jornada para recordar.